Existían rumores suficientes para sospechar que don Atilio, el extraño bibliotecario de la Facultad de Veterinaria, era nada menos que Nebirus, el despiadado líder de una antigua secta satánica.
Un grupo de osados estudiantes, quisieron corroborarlo una fría madrugada de lunes otoñal, buscando certezas en la biblioteca.
Daniel, uno de ellos, había robado las llaves de la Facultad, nada les costó entrar al edificio, y luego a su biblioteca.
Dejó entrar a sus compañeros, y como buen bromista, cerró la antigua puerta y volvió a girar la cerradura, encerrando a sus amigos.
Nada más se supo de Daniel.
En una hora, don Atilio abrirá las puertas, para organizar sus labores cotidianas, o quizás para algo más…